59° Sesión Comisión de Estatus de la Mujer

Nueva York, 10 al 20 de marzo del 2015

En representación del Enlace Continental de Mujeres Indígenas de las Américas, integrado por 23 países del Norte, Centro y Sur de las Américas.

Para las mujeres indígenas estos 20 años han significado una visibilización progresiva de nuestras luchas sobre nuestros derechos individuales y colectivos, con el mayor reconocimiento de los esfuerzos realizados. Hemos contribuido con acciones, denuncias y propuestas, ganando una mayor participación en espacios locales, nacionales e internacionales y fortaleciendo nuestra articulación.

Resaltamos los avances en las esferas de educación y salud, en donde se han reducido las brechas. Sin embargo, mujeres, adolescentes y niñas indígenas seguimos sufriendo persistentemente múltiples formas de violencias desde los Estados, que se reflejan en la militarización de nuestros territorios y conflictos armados, prácticas ambientales nocivas, discriminación de género y étnica y políticas excluyentes, entre otras, ocasionando una migración forzada de zonas rurales a urbanas, que incrementa nuestra situación de vulnerabilidad.

En Canadá, el número de mujeres y niñas indígenas asesinadas o desaparecidas en los tres últimos años ascienden a 1,200; en México, de cada 100 mujeres víctimas de trata, 70 son indígenas; en Perú, en el pueblo amazónico Shawi el 40% de los niños y niñas no forman parte del sistema educativo; en Guatemala ha aumentado el número de embarazos en niñas y adolescentes y el 71.2% de las muertes maternas corresponden a mujeres indígenas; en Ecuador, un 38.6% de las madres indígenas no tuvo ningún control prenatal de salud.

Hacemos las siguientes recomendaciones:

1. Recomendamos a los órganos creados en virtud de derechos humanos, incluyendo a la CEDAW, a que se comprometan a respetar e implementar los acuerdos del Documento Final de la Conferencia Mundial sobre los Pueblos Indígenas, especialmente los párrafos 17, 18, 19 y 29, vinculados con el empoderamiento de las mujeres indígenas, su participación política y la eliminación de todas las formas de violencia.

2. Recomendamos incorporar transversalmente, además del enfoque de género y la dimensión de los derechos humanos, el enfoque de identidad indígena, para lograr la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres en el diseño de la Agenda Post 2015, por las persistentes brechas que experimentamos las mujeres, jóvenes y niñas indígenas en todas las esferas de la Plataforma de Acción de Beijing.

3. Exhortamos a los Gobiernos y al Sistema de la ONU, en concordancia con las resoluciones 49/7 y 56/4, a realizar mayores esfuerzos en la creación de instancias, políticas y programas específicos para las mujeres, jóvenes y niñas indígenas de las siete regiones geoculturales del mundo, abordando temas prioritarios, asignando los fondos necesarios y desarrollando los mecanismos que aseguren efectivamente su participación.

4. Recomendamos a los Gobiernos y al Sistema de la ONU tomar acciones concretas para combatir la discriminación en los medios de comunicación y facilitar su acceso a las mujeres indígenas, para evitar ser objeto de burla y ridiculización. Instamos a tomar como ejemplo las observaciones realizadas por el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial-CERD al Estado Peruano (CERD/C/PER 18-21).

5. Instamos a los Gobiernos y al Sistema de la ONU al reconocimiento de nuestra sabiduría y esfuerzos ancestrales para la sostenibilidad de la vida y la salvaguarda de los alimentos para toda la humanidad, considerándonos como actoras claves en la mitigación y adaptación de los efectos del cambio climático, a través de un diálogo horizontal y en paridad con las partes interesadas en el proceso de diseño, implementación y seguimiento de las políticas. Urge impulsar un crecimiento económico global armónico, teniendo como referente el marco holístico de los pueblos indígenas.

6. Recomendamos a los Estados y Agencias de Naciones Unidas hacer respetar nuestro derecho a nuestras tierras y territorios contra el impacto de la industria extractiva, sin que sean usurpados ni contaminados, en concordancia con la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, así como el Convenio 169 de la OIT. Enfatizamos la necesidad de generar mayor información sobre el impacto negativo de las industrias extractivas y el uso de agroquímicos en la salud sexual y reproductiva de las mujeres indígenas.

7. Pedimos a la Comisión que considere el tema de Empoderamiento de las mujeres indígenas para su sesión 61, en el 2017.

NY, marzo 2014
Tarcila Rivera Zea