Lideresas indígenas aportan recomendaciones para alcanzar la resiliencia climática

Posicionamiento en el marco del 22.° período de sesiones del Foro Permanente para Cuestiones Indígenas
Nueva York, abril de 2023

  

Para el Enlace Continental de Mujeres Indígenas de las Américas (ECMIA), organización que articula a mujeres, juventudes y niñas indígenas de 23 países del continente, la salud es holística, integral e interdependiente entre la salud humana, del planeta y de nuestros territorios; y ésta abarca la dimensión física, biológica, espiritual y mental. El trauma intergeneracional resultado del colonialismo y la discriminación estructural y sistemática nos mantiene vulnerables a problemas crónicos de salud.

El cambio climático afecta nuestra pervivencia cultural, histórica y el ejercicio de nuestros derechos individuales y colectivos, afectando de manera desproporcionada a las mujeres, juventudes y niñez indígenas. Sus impactos incluyen inundaciones y sequías, cambios en el ciclo agrícola, mayor consumo de alimentos procesados y dependencia de productos comprados, pérdida de nuestros sistemas de alimentación, enfermedades y malformaciones en la niñez, afectaciones en nuestra salud emocional y mental, desaparición de nuestras plantas ancestrales y medicinales que amenaza nuestras prácticas de sanación y migración forzada.

Recomendamos a los Estados y al sistema de las Naciones Unidas implementar las siguientes medidas, garantizando la participación plena y efectiva de las organizaciones de los pueblos, mujeres y juventudes indígenas:

  1. Reconocer, respetar e impulsar los sistemas de salud propios de los pueblos indígenas, definiendo junto con los pueblos y mujeres indígenas, sin tutelar, regular, ni apropiarse de estos. La salud involucra a los sistemas alimentarios que incluyen la soberanía de las semillas y formas de producción, conocimientos, acceso y manejo sostenible del agua.
  2. Instamos a los Estados a crear marcos jurídicos y políticos apropiados, que reconozcan que el agua es vida y su valor sagrado para la humanidad y garanticen el acceso equitativo, el uso apropiado y la corresponsabilidad en su cuidado y protección.
  3. Instamos a los Estados a que desarrollen políticas de remediación, saneamiento, reparación y sanción dirigida a empresas e industrias extractivas por los daños a la salud de los pueblos indígenas, los territorios y a la salud humana, con la participación de organizaciones representativas de pueblos y mujeres indígenas, y que aseguren el cumplimiento de los Principios Rectores sobre Empresas y Derechos Humanos.
  4. Garantizar mecanismos de protección a la vida, la salud y la seguridad de las defensoras y defensores de los territorios, recursos naturales y derechos humanos y guardianes de los conocimientos ancestrales, desarrollando políticas, protocolos y medidas de seguridad con la participación de las mujeres, juventudes, niñas indígenas y defensoras y asegurar el seguimiento e implementación efectiva de las recomendaciones anteriores del Foro Permanente en materia de derechos humanos, con énfasis en el acceso a la justicia y encarcelamiento de los pueblos indígenas.
  5. Instamos a la Organización Mundial de la Salud (OMS) que elabore un reporte global sobre el impacto del cambio climático en la salud integral de los pueblos indígenas con énfasis en niñez, juventudes y mujeres indígenas. 
  6. Que el Foro Permanente solicite a las instancias correspondientes un reporte sobre la implementación de los acuerdos de las Conferencias de las Naciones Unidas Sobre el Cambio Climático (COP),  relativos a los pueblos, niñez, juventudes y mujeres indígenas.
  7. Que los Estados, agencias de la ONU y la filantropía apoyen las iniciativas y buenas prácticas de resiliencia climática desde los conocimientos indígenas y promuevan una agenda enfocada en la implementación de la justicia socioambiental con perspectiva de género, intercultural e intergeneracional.
  8. Reconocer la gobernanza territorial de los pueblos indígenas y nuestros aportes para mitigar los impactos negativos del cambio climático, lo que implica reconocer como sujetos de derechos a los pueblos indígenas en sus países, pasando por la modificación de leyes y políticas públicas que faciliten el liderazgo de los pueblos indígenas para formular e implementar sus planes de vida comunitarios.
  9. Promover e incentivar el diálogo entre gobiernos de todos los niveles, empresas, organismos internacionales y pueblos indígenas reconociendo que somos sujetos políticos y con amplios conocimientos sobre los territorios que se ven afectados por el cambio climático y que será mediante el intercambio de conocimientos que se logren mitigar los impactos negativos derivados del cambio climático.
  10. Garantizar la integración de los enfoques de derechos humanos individuales y colectivos, género, interculturalidad, intergeneracionalidad e interseccionalidad en todas las políticas y programas relativos a la salud y la crisis climática.
  11. Promover el reconocimiento efectivo de la Madre Naturaleza, sus ecosistemas y especies, como sujeta de derechos, para garantizar su preservación para las futuras generaciones.
  12. Reconocer, promover y proteger el aporte de las mujeres y juventudes indígenas al cuidado de la Madre Tierra poniendo énfasis en nuestra participación y representación plena y efectiva en todos los espacios de toma de decisiones.

Finalmente, compartimos la satisfacción de haber logrado la Recomendación General 39 de la CEDAW que reconoce los derechos individuales y colectivos de las mujeres y niñas indígenas. Por lo tanto, solicitamos al Foro Permanente recomendar a los Estados que realicen los esfuerzos para su plena implementación en los espacios nacionales y, en particular a los Estados Unidos, ratificar la Convención CEDAW, en consonancia con los aportes realizados por la representante de este país.