Mujeres indígenas expuestas a todas las formas de violencia durante la pandemia del COVID-19
Desde el norte, centro y sur de las Américas demandan a los Estados garantizar la participación de las mujeres indígenas para enfrentar la emergencia sanitaria. Informe del Enlace Continental de Mujeres Indígenas expone las formas en que la pandemia afecta a cerca de veinticinco millones de mujeres indígenas.
A inicios de abril, ONU Mujeres advirtió a los Estados que el aumento de la violencia contra las mujeres era un hecho innegable con el avance de la pandemia del COVID-19. Las mujeres indígenas del continente americano denuncian hoy en un informe, que la pandemia agudizó el abuso sexual y la pobreza que experimentan por su etnia, género y situación económica.
El Enlace Continental de Mujeres Indígenas de las Américas (ECMIA), red integrada por más de treinta organizaciones indígenas de mujeres y mixtas en veintitrés países, da cuenta en un informe las violaciones a los derechos de las mujeres indígenas producidas por las medidas sanitarias y de confinamiento adoptadas por los Estados.
Gelga Guainer, joven activista indígena de Paraguay, informó que veinte niñas indígenas de los pueblos Guaraní y Nivaclé, de entre 11 a 17 años, quedaron embarazadas durante la cuarentena. “Ellas están confinadas en su comunidades y, por tanto, expuestas a la violencia sexual. Ni las autoridades tradicionales, ni las agencias del Estado, responden efectivamente ante esta situación”, declaró.
Elizabeth Carrasco, intérprete indígena para Poder Judicial en la provincia de Chaco en Argentina, denuncia también que las restricciones de tránsito impuestas durante la cuarentena impiden que las mujeres indígenas denuncien la violencia doméstica y sexual a la que están sometidas. “Son cerca de 45 km a pie para llegar hasta una comisaría. Como no hablan castellano, a veces son también discriminadas. Eso influye en el hecho de que se concrete una denuncia”, explicó.
Por su parte, Norma Don Juan, defensora de los derechos de las mujeres indígenas de México, dio cuenta de las protestas de las mujeres del pueblo Rarámuri, que son migrantes trabajadoras del hogar en las ciudades y perdieron su fuente de ingresos. “Las mujeres indígenas que laboran en restaurantes o tiendas de abasto señalan también que su sueldo se ha reducido a la mitad o han sido despedidas”, denunció.
El ECMIA advirtió en su informe que las medidas de los Estados para abordar la pandemia se diseñaron desde y para los sectores privilegiados, urbanos y no indígenas, y han resultado ser inefectivas o inaplicables en sus pueblos y comunidades. A las diferentes formas de violencia señaladas se suman otras inequidades como la falta de agua, que impide el lavado de manos frecuente, o el acceso a electricidad e internet, que impide a las niñas indígenas el acceder a los programas de teleducación.
Según el ECMIA, uno de los problemas esenciales para el diseño de acciones efectivas que protejan a las mujeres indígenas es la escasez de datos oficiales, que impide conocer en las Américas no solo la cantidad de muertes e infectados indígenas, sino los datos diferenciados por género que permitan conocer dónde están y cuántas son las mujeres indígenas que están siendo violentadas y cuya economía se ha visto mellada como consecuencia de la pandemia.
Las mujeres indígenas del Norte, Centro y Sur del continente piden a los Estados el garantizar la participación plena, representativa, informada y efectiva de las mujeres indígenas y sus organizaciones en el diseño, la ejecución, el seguimiento y la evaluación de las medidas para enfrentar la emergencia sanitaria y mitigar sus efectos en el contexto post-crisis.
Asimismo, el establecer fondos de emergencia, subsidios económicos y otras medidas específicas para pueblos indígenas que garanticen el acceso a las necesidades básicas durante este estado de emergencia y que contribuyan a la reanudación de las actividades económicas a mediano y largo plazo, con énfasis en mujeres y juventud indígenas.
Igualmente, el coordinar con las organizaciones y directivas comunales indígenas para apoyar, establecer y fortalecer estrategias y mecanismos de prevención, atención y protección a las mujeres, juventud y niñez indígenas que se vean afectadas por la violencia, incluyendo casas de acogida gestionadas por mujeres indígenas y redes de vigilancia comunitaria.
El ECMIA emitió el pasado 25 de mayo un posicionamiento en el que ratifica las vulneraciones a los derechos de las mujeres indígenas consignadas en su informe, haciendo un llamado urgente a los Estados de este continente para evitar un genocidio pandémico y el incremento de la desigualdad de género que pone en peligro especialmente a las mujeres indígenas.
Descarga el informe aquí: